sábado, 29 de octubre de 2022

TESTIMONIOS Y BÚSQUEDA DE METALES


Hace años que venimos buscando y entrevistando testigos sobre el Campo San Pedro. Lo hacemos con dos objetivos: obtener información sobre lugares de enterramientos clandestinos, y además para reconstruir lo que allí ocurrió. Porque no hubo sobrevivientes que pudieran relatarlo.


En Junio de 2022, un ex peón de campo nos informó sobre una masacre ocurrida en el ceibal de la zona norte, y nos llevó al lugar aproximado. Un dato que nos dio fue que muchas balas habían impactado en los árboles.

 



Consideramos la posibilidad de tratar de ubicar esos árboles con un detector de metales, ya que muy cerca de ellos estaba la fosa clandestina. Juan Nobile del EAAF apoyó nuestra propuesta y nos facilitó un buscador, antiguo pero de buena calidad.

Los ensayos previos realizados con ceibos a los que habíamos incrustado trozos de metal similares a balas no dieron resultado con ese aparato.

Sin embargo llevamos el equipo al campo, y en forma intuitiva, sin planificación ni idea previa alguna lo comenzamos a desplazar sobre las cercanías de la fosa de enterramientos clandestinos encontrada en 2010. Así fue que en el perímetro de la misma hallamos una importante cantidad de proyectiles de FAL, enterrados a pocos centímetros de la superficie.

A partir de allí nació la idea de ir a las zonas de testimonios, para ver si encontrábamos balas en el suelo. Al día siguiente se rompió la máquina retroexcavadora con la que trabajaba Juan, y acordamos ir con él, Hernán y César al ceibal del norte del campo, con el detector. Allí teníamos tres lugares posibles para explorar, que era donde el testigo había visto ceibos añosos y se asemejaban al lugar que había reconocido 45 años atrás. En los dos primeros lugares solo hallamos pequeños trozos de hierro herrumbrado, alambres y clavos. Pero en el tercer lugar empezaron a aparecer proyectiles de FAL. Al día siguiente volvimos al lugar con Lucas y Santiago, y además de otras balas, hallamos tres vainas. La posición de cada objeto fue referenciado con GPS.

 



Con esa información construimos el primer mapa de balas. Hoy ya tenemos otros dos, y seguimos buscando. A la tarea se sumaron otros compañeros de DDHH. No buscamos en toda la extensión del campo, lo cual sería imposible, sino en las zonas donde antes habíamos obtenido testimonios.



Las balas no aparecen "sembradas" en todo el campo porque se trataba de un lugar de entrenamiento, sino concentradas en esos lugares específicos del monte. Un ex soldado nos dijo incluso que los disparos de práctica se hacían en dirección a la laguna, desde su orilla hacia blancos ubicados en la misma, hacia el Este.

De modo que tenemos expectativas de que cerca de las concentraciones de balas halladas, se puedan encontrar las fosas faltantes que hace años se buscan. Para recuperar los restos de más de 60 desaparecidos que allí podrían estar.

Mientras seguimos buscando, esperamos ansiosos que se inicien las excavaciones en esos lugares.

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