miércoles, 19 de noviembre de 2025

Susana y Ariel todavía permanecen desaparecidos

 


 Susana Miranda y Ariel Morandi eran enfermeros que, junto con Olga Moyano, trabajaban en el Sanatorio Plaza de Rosario, de donde fueron secuestrados el 11 de mayo de 1978. Una joven pareja de militantes del peronismo revolucionario que, a riesgo de su vida, seguían resistiendo a la dictadura. Aunque Ariel, en medio de la tortura, les gritaba a los verdugos que Olga no era militante, los tres fueron cruelmente martirizados. Olga logró salir con vida y, muchos años después, pudo testificar en los juicios de lesa humanidad. Sostiene hasta el presente un compromiso de lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia para sus compañeros y compañeras, y en especial por los derechos de los más humildes.

Conocí a Olga en 2013, en la presentación de mi libro “Mirar la Tierra hasta Encontrarte”, que mencionaba el caso de los enfermeros de Rosario. Se acercó y me confirmó que Nadia, como decían a Susana Miranda, usaba suecos y una cadenita en la época en que la secuestraron y la llevaron junto a Ariel al campo militar San Pedro. Ahí había un punto de contacto con el testimonio de Carlos Castellano, el ex encargado civil del campo. En 1985 le había contado a su amigo Juan Marocco que al lado de lo que él llamaba la “fosa chica” había un ceibo con una bala incrustada y al pie del mismo un sueco, una cadenita y sangre, tal como quedó registrado en el cuaderno de notas de Juan, del que nos llegó una copia. Aunque en 2006, cuando lo entrevistamos a Carlos, reiteró todo salvo lo de la sangre.

Con Marcelo y Sergio habíamos llegado a la casa de Castellano en la localidad santafesina de “Soledad”, portando una copia del plano del campo que nos había dado Juan Marocco, lo cual nos facilitó establecer una relación de confianza con “el entrerriano”. Juan, siendo concejal de Laguna Paiva, había hecho de intermediario entre Carlos y los abogados de la ex CONADEP. En ese mapa, habían dibujado a lápiz el sendero de monte a través del cual llegaron en tractor al lugar de la “fosa chica”, a la que representaron con un círculo y una cruz en el centro. Al igual que a otros tres lugares a los que el testigo señaló también como lugares de enterramientos clandestinos

En ese momento desconocíamos las declaraciones que el represor Eduardo Costanzo había realizado en febrero de 2006, en la investigación de una causa de Lesa Humanidad de Rosario. El ex Personal Civil de Inteligencia del Ejército, integrante de la patota de Amelong, no había acatado el pacto de silencio que establecían los genocidas, y aportó abundante información, buena parte de la cual luego fue corroborada. Entre otras cosas, relató el secuestro de los tres prisioneros, y que a Ariel y Nadia, luego de torturarlos, los habían llevado “a un campo”. Primero en dos autos hasta Santa Fe, uno de los cuales, el que llevaba a Nadia, manejado por él mismo. En el otro llevaron a Ariel. Dijo que en Santa Fe pasaron los prisioneros a sendos camiones Unimog, que Ariel llegó muerto al campo y que a Nadia, por orden del militar Jáuregui “la fusilaron atada a un palo”.

Años después, cuando tuve la oportunidad de conocer el expediente de la causa, me enteré de un testimonio judicial de 2013, que quizás se refería a Nadia. Un trabajador rural que recorría el campo para controlar el ganado había observado el cuerpo de una mujer, que habían enterrado a escasa profundidad, y la lluvia del día anterior lo había descubierto parcialmente. El lugar coincide con el señalado por Castellano, aunque dijo que se trataba de dos fosas individuales. El relato tuvo posteriormente un registro fílmico realizado por el profesor Marcelo Allende, con detalles desgarradores, y se ha publicado parcialmente

En 1985, tal como se relata en el libro mencionado, a mi me había tocado realizar el traslado desde Laguna Paiva hasta Santa Fe de un sobrecito de papel que contenía huesos pequeños como falanges de una mano y una uña visiblemente humana, aparentemente de mujer. Esos restos habían sido extraídos de una pequeña excavación que hizo Castellano en el lugar de la fosa chica e iban destinados como prueba para la Ex CONADEP. Siempre me pregunté si esos huesitos no habrían pertenecido a Nadia, aunque no fueron conservados, al igual que la cadenita y el sueco.


La búsqueda en el campo San Pedro

En septiembre de 2006, cuando entramos con Sergio, Marcelo y Carlos Castellano al campo, lo hicimos por su zona sur, buscando el lugar que él mencionaba como “fosa grande”. Ni intentamos acercarnos al lugar de la “fosa chica” en la parte norte del campo, porque esa área había sido desmontada para siembra y nos podían ver desde la casona de la estancia. Además, el sendero de monte o “picada”, que era la principal referencia, ya no existía

En 2012, la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia nos facilitó una foto aérea digitalizada de la mayor parte del campo, del año 1986. Superponiendo esa foto a la imagen de Google Earth, logramos observar nítidamente la picada y, por lo tanto, obtener coordenadas de sus distintos puntos. También corroboramos el testimonio de Castellano sobre el lugar de la fosa grande, ya que en 2010 el EAAF había encontrado una fosa común con ocho cuerpos a 300 metros del señalamiento, y se podía pensar que se trataba de una imprecisión del ex encargado civil del campo.

En ese momento el EAAF había agotado los recursos económicos asignados y la investigación se había detenido. Tuvieron que pasar seis años más, hasta 2018, para que se retome, por impulso de los organismos de derechos humanos, la constitución de Nadia Schujmann como querellante y los apoyos del EAAF y de la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia, que aportó los recursos económicos.

Ya en 2011, el EAAF había hecho un intento de encontrar la fosa chica. En base a cierto testimonio excavaron con retroexcavadora un cuadrado de un área casi de una hectárea, el que luego corroboramos tomaba una fracción de la antigua picada. Según el nuevo testigo, el lugar estaba muy al Este. De modo que indicó una zona más hacia el Oeste, la cual se excavó en una franja de 30 metros de ancho y 120 metros de longitud en 2018. Entre ambas zonas excavadas quedó un rectángulo de casi 200 metros de longitud sin explorar, lo cual solicitamos y luego se realizó

En 2023, el EAAF estudió esa zona con georradar, sin llegar a resultados. Había al respecto algunos factores que conspiraban contra la investigación. Quizás lo más importante fue la posibilidad de que los huesos enterrados a poca profundidad hubieran sido removidos o triturados por el desmonte y el trabajo agrícola posterior. Hubo rumores al respecto, provenientes del nuevo testigo. También había algunos árboles grandes de renuevo en la zona, que no permitieron que la exploración fuera exhaustiva.

El último intento fue realizado por nosotros entre 2024 y 2025, a través de perforaciones con hoyadora en algunas zonas donde pudieron existir claros del monte en la época de los enterramientos, ya que eso nos indicaba el testimonio. Solo en una oportunidad encontramos cuatro fragmentos de huesos, que fueron enviados al EAAF, quienes descartaron que se tratara de restos humanos. Desde entonces, la investigación en la zona no tuvo nuevos avances, salvo otro testimonio difuso sobre la existencia de esa fosa y algunos más en la zona.


Los buscando

El hecho de que actualmente hayamos centrado las tareas de búsqueda en otras zonas, no significa que a ésta la hayamos abandonado. Quizás de otra manera volveremos por Nadia y Ariel y por todos y todos los que nos falta encontrar. Además de la búsqueda de Memoria, Verdad y Justicia, sus sacrificios por una patria con vida digna para todos más que lo merecen.


Hugo Kofman

19/11/2025



domingo, 10 de agosto de 2025

UNA HISTORIA BREVE

POR QUÉ LOS SEGUIMOS BUSCANDO

El Campo Militar San Pedro, conocido como “El Regimiento” por los vecinos de la zona de Campo Andino y Laguna Paiva, fue desde su expropiación en 1942, un lugar de entrenamiento del Ejército. Estuvo a cargo del Comando de Artillería 121 del Segundo Cuerpo de Ejército. También se utilizó para explotación agropecuaria. Durante la dictadura 1976-1983, funcionó como centro de exterminio y enterramientos clandestinos. Como tal forma parte del circuito represivo utilizado para perpetrar un genocidio contra el pueblo argentino, con el objetivo de neutralizar toda forma de resistencia a la implantación de un modelo económico neoliberal al servicio de los grandes monopolios económicos, en contra de los derechos del pueblo trabajador y de la pequeña y mediana industria nacional.



La investigación y la denuncia judicial sobre la existencia de este lugar de horror fueron realizadas por organismos de Derechos Humanos de Santa Fe. En 2006 lograron ubicar a Carlos Castellanos, ex encargado civil del campo y testigo clave, quien en 1985 había denunciado y presentado pruebas materiales sobre enterramientos clandestinos ante miembros de la ex CONADEP. Con el trabajador rural, integrantes de esos organismos ingresaron al campo en septiembre de 2006, y en marzo de 2007 presentaron la denuncia ante el Juzgado Federal Nº 2 de Santa Fe (más adelante se reproduce un fragmento de la misma). En la misma dieron información precisa sobre la ubicación de una de las fosas, y solicitaron al Juzgado la intervención del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).


Búsqueda y hallazgo

Con el apoyo de trabajadores de la municipalidad de Laguna Paiva, y luego de un intenso trabajo de varios meses, el EAAF en junio de 2010 logró encontrar una fosa clandestina con los restos óseos de ocho desaparecidos, tres mujeres y cinco hombres. En su mayoría habían sido militantes provenientes de Santa Fe, que ante las persecuciones se habían trasladado a Rosario, donde continuaron participando en la resistencia a la dictadura cívico militar. Fueron secuestrados entre agosto y septiembre de 1977 y llevados inicialmente al Centro Clandestino de Detención "La Calamita".

En el expediente judicial constan las autopsias de los ocho cuerpos que fueron hallados en la fosa. Siete de ellos presentaban perforaciones de bala en los huesos. En algunos se encontraron proyectiles de pistola de 9 mm en sus cráneos. Los cuerpos habían sido arrojados desnudos a la fosa y cubiertos de cal, tal como había dicho Carlos Castellanos en su testimonio de 2006. En un predio que tiene 3.000 metros de frente por 7.000 de fondo, la fosa fue encontrada a unos 300 metros al sur del lugar señalado, en el mismo sector del campo indicado por el testigo.

Por análisis de ADN y otras evidencias, el EAAF identificó en la fosa los restos de María Esther Ravelo, Gustavo Pon, Carlos Bosso, María Isabel Salinas, Oscar Winkelman y Miguel Angel D'Andrea, todos militantes del peronismo revolucionario. Quedan aun dos por identificar, un varón y una mujer, lo cual se debe a que el banco de datos de ADN no cuenta con registros de todos los desaparecidos.





La búsqueda posterior y los intentos militares.

Luego del hallazgo de la fosa, continuaron los trabajos del EAAF durante 2010 y 2011, en base a los recursos disponibles. En 2012, el campo es señalizado como Sitio de Memoria por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, a partir de una presentación de la Asociación de Ex Presos Políticos de Santa Fe y Laguna Paiva, con el apoyo de la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia, los municipios cercanos y el Foro contra la Impunidad y por la Justicia de Santa Fe.

En 2016 el Ejército pidió autorización para volver a realizar maniobras de entrenamiento militar, lo cual fue rechazado por el juzgado, en base a presentaciones y múltiples pronunciamientos que promovieron el Foro contra la Impunidad y por la Justicia, con la Secretaría de Derechos humanos, los municipios cercanos al campo y de ambas cámaras legislativas de la provincia.

En base a nuevos testimonios presentados, el EAAF realizó otros trabajos de prospección en 2018, y los organismos de derechos humanos continuaron en la búsqueda de nuevos testigos, con ayuda de militantes de Laguna Paiva y Campo Andino. En 2021, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación apoyó económicamente el proyecto del EAAF de realizar un escaneo aéreo de todo el campo con un sistema LIDAR, con el propósito de detectar depresiones compatibles con posibles fosas clandestinas. La actividad  fue gestionada por la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Santa Fe y contó con la colaboración del Foro contra la Impunidad y por la Justicia. Los lugares explorados no arrojaron resultados positivos.

A posteriori se realizaron trabajos con Georadar y con retroexcavadora en espacios reducidos del campo, en torno a la fosa 2010 y en lugares con señalizaciones difusas de algunos testigos.


Los que aún faltan encontrar

Por otras referencias mencionadas en el testimonio y por un estudio con fotos aéreas de la época, los denunciantes plantearon a la Justicia que la fosa encontrada debía tratarse de otra fosa próxima a la denunciada, y que había que seguir buscando en el lugar indicado inicialmente. Además en su declaración judicial de antes del hallazgo, el ex represor Eduardo Costanzo había dicho que el contingente llevó al campo militar era de 27 personas, entre las que mencionó a “la cieguita”, tal como nombraba a María Esther Ravelo, cuyos restos fueron luego identificados en ese lugar. De modo que al menos faltaban 19, además de un enfermero y una enfermera de Rosario, a los cuales mencionaron también como desaparecidos llevados al campo.

De acuerdo a los testimonios de ex peones de campo y vecinos de la zona, que fueron recogidos durante estos últimos años por los organismos de Derechos Humanos y presentados en sede judicial, en el campo se produjeron varias masacres y quedan muchos enterramientos clandestinos por encontrar.


En el año 2013, un testigo declaró en Fiscalía que en dos oportunidades había visto de cerca que desde vehículos militares bajaban contingentes de prisioneros vivos, esposados ​​para asesinarlos y enterrarlos en el campo. Además de haber visto el cadáver de una mujer que la lluvia desenterró parcialmente. Otro declarado en 2021 ante el Fiscal haber visto a tres prisioneros, dos hombres y una mujer, atados por las manos levantadas de un alambre horizontal, y que luego el encargado del campo lo llevó a donde estaban las tres sepulturas individuales en pleno monte. Un peón declaró en 2022 que en el ceibal de la zona norte del campo se había cometido una masacre y se enterró a las víctimas. Además de testimonios de otras personas de características similares.

La querella de la causa judicial de “Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas”, en base a tratados internacionales vigentes ha planteado que , como destaca la Procuración General de la Nación, el derecho a la verdad “… tiene una dimensión individual, que implica el derecho de las víctimas y sus familiares a recibir información sobre lo que aconteció y sobre el destino de sus seres queridos; y una social, relacionada con el derecho de la sociedad toda a conocer su pasado. imprescriptible ”, y que “ en tanto el Ejército Argentino no entregue la información sobre las inhumaciones clandestinas que realizaron, y teniendo en cuenta la enorme extensión del campo, su característica boscosa y la inexistencia de instrumentos que puedan detectar en forma directa la presencia de huesos humanos en el subsuelo, no hay manera de que se pueda descartar la existencia de los mismos en el campo. Por lo tanto la preservación de la zona para la búsqueda deberá ser ilimitada en el tiempo, y la búsqueda habrá de ser realizada en forma permanente. Cuestiones que resultan incompatibles con toda iniciativa de reingreso de militares al campo, además de los efectos negacionistas que ello tendría”.

Hallar los restos de los desaparecidos es un anhelo y un derecho de sus familias y compañeros, que aspiran a devolverles su condición humana y el derecho a la existencia que les fue negado. También se busca construir Memoria y Verdad, para que se sepa en todo lo posible lo que ocurrió en el campo Militar San Pedro, y que sobre esa base debe haber Justicia con Juicio y Castigo a los culpables. Aunque estuvieran muertos en cuyo caso serían Juicios por la Verdad.


La Memoria y la continuidad de los trabajos

Hasta el momento no se ha podido concretar el propósito de los organismos de derechos humanos y de la Secretaría de Derechos Humanos de que el campo sea transferido a la provincia de Santa Fe, para que allí se construya un Espacio de Memoria. Dos proyectos legislativos que se presentaron en la Cámara de Diputados de la Nación entre 2019 y 2022, perdieron estado parlamentario sin ser tratados. En 2023 se logró que el Archivo Nacional de la Memoria reconozca al sitio de Memoria como “Campo de Exterminio y Enterramientos Clandestinos”, lo que permitió a la provincia la construcción del monumento con esa leyenda.

Actualmente continúa la recolección de testimonios y la búsqueda de campo, por un equipo formado por la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia, el Foro contra la Impunidad y por la Justicia y El Colectivo por la Memoria, con la supervisión de la Fiscalía de Derechos Humanos y el EAAF. Se trabaja con herramientas modestas: una hoyadora y un detector de metales. En estos últimos meses se sumó a la investigación un equipo del CONICET que ha incorporado mayor tecnología.


                                             ANEXOS

 Fragmento de Testimonio Judicial (2013)



Fragmento de Testimonio Judicial (2021)


Trabajos de búsqueda












                                                            Fragmento de la Denuncia de 2007

FORMULAN DENUNCIA

SOLICITAN MEDIDA CAUTELAR URGENTE


Sr. Juez Federal


ANALIA SILVANA BUR , DNI 22.115.692; CELINA ZEIGNER DE KOFMAN, DNI 5.041.922; ELSA ELVIRA RAMOS , DNI 2.403.033; MARCELO MARIO VILLAR , DNI 13.377.384, integrantes de la Casa de Derechos Humanos de Santa Fe y de organismos de Derechos Humanos (Madres de Plaza de Mayo, Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos y Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas), con el patrocinio letrado de los Dres. INES LILIAN COZZI, ALBERTO MULLOR y JORGE LUIS ELIZONDO , constituyendo domicilio legal en Primera Junta 3118, Santa Fe, a VS respetuosamente decimos:


I.- Que venimos a formular denuncia sobre la posible existencia de lo que fuera un centro de exterminio de la dictadura militar, en el que habría enterrados restos humanos, presumiblemente pertenecientes a desaparecidos de Santa Fe, Rosario u otras localidades, cuyo destino buscamos desde hace casi 30 años.


II.- Las versiones sobre fusilamientos y enterramientos clandestinos circularon durante muchos años entre vecinos del Campo “San Pedro” del Ejército, y ciudadanos de Laguna Paiva, a pesar de lo cual nunca hasta el momento llegó a presentarse denuncia alguna ante la Justicia.

El primer testimonio, con el que se inició la investigación, datos de marzo de 1985, fecha en que el Profesor Hugo Alberto Kofman, entonces miembro de la Comisión de Familiares de Detenidos y Desaparecidos por razones políticas, concurrió a la localidad de Laguna Paiva para cumplir con un encargo realizado por el Dr. Juan Carlos Adrover, quien fuera presidente de la CONADEP de Santa Fe (zona norte). Concurre a entrevistarse con un residente de dicha ciudad, y, contra entrega de una tarjeta firmada por el Dr. Adrover, recibe un pequeño sobre conteniendo posibles restos humanos provenientes de dicho campo. Eran huesos delgados, posiblemente pertenecientes a falanges de una mano, y una uña larga con clara forma humana. Dicho material fue entregado de inmediato al Dr. Adrover, quien, días más tarde manifestó al Sr. Kofman, que -de acuerdo al examen de un médico de la ciudad de Santa Fe- se trataban efectivamente de restos humanos. Se carece de información sobre la existencia de posibles acciones posteriores en relación al tema.....


sábado, 7 de junio de 2025

Investigación del Subsuelo de la casona del Campo Militar San Pedro

El 5 de junio de 2025, un equipo de geólogos investigadores del CONICET y una arquitecta que se especializa en inmuebles de Sitios de Memoria, realizaron el escaneado con Georadar de la casona del Campo Militar San Pedro, con la finalidad de investigar su subsuelo. La tarea se realiza a partir de una autorización de la Fiscalía de Lesa Humanidad de Santa Fe, a pedido de la querella de Familiares, del Foro contra la Impunidad y por la Justicia, y de la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Santa Fe, a partir de dos testimonios recibidos sobre posibles torturas ocurridas en un segundo sótano que actualmente estaría tapiado.

Estuvieron presentes el Secretario de Derechos Humanos Emilio Jatón, integrantes del Foro contra la Impunidad y por la Justicia de Santa Fe y del Colectivo de la Memoria.

 Los resultados del trabajo surgirán a partir de un trabajo de procesamiento de los datos adquiridos.

Agradecemos el esfuerzo de quienes así trabajan por la Memoria Colectiva, en las difíciles condiciones laborales e institucionales que les impone el actual gobierno nacional.







jueves, 11 de abril de 2024

Jornada de Búsqueda con aporte de organismos de DDHH

El 11 de abril se realizó una jornada de búsqueda de Desaparecidos en el Campo Militar San Pedro. Es el aporte que realiza el Foro contra la Impunidad y por la Justicia de Santa Fe y el Colectivo por la Memoria, de manera voluntaria. Participan dos trabajadores de Laguna Paiva. 

Se trabaja en un área donde hay un testimonio difuso de varios testigos. La falta de precisión sobre el lugar hace que el área a explorar sea muy extensa. Para no dejar lugares sin estudiar, se realiza un trabajo previo de desmalezado, sin afectar los árboles grandes. Luego se perfora con una hoyadora para tratar de detectar tierra "revuelta" por posibles excavaciones, con el compromiso de comunicar cualquier novedad al Equipo Argentino de Antropología Forense, que supervisa la actividad.

La tarea se realizó un día específico en base a un par de jornadas que antes habían sido suspendidas por lluvia, y se podrá retomar en forma continuada cuando se haga efectiva la contratación de los trabajadores de Laguna Paiva por las autoridades, cuestión que estimamos muy próxima .











martes, 6 de febrero de 2024

Funcionarios de Derechos Humanos de la Provincia en el campo San Pedro

Una nutrida delegación de la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia de Santa Fe hizo una visita al Campo Militar San Pedro, acompañados por representantes del Foro contra la Impunidad y por la Justicia, de El Colectivo y del Equipo Argentino de Antropología Forense. El Secretario Emilio Jatón, que encabezó la delegación comprometió apoyo de la provincia para la continuación de la búsqueda de desaparecidos en el predio, y de recuperación y mantenimiento de los caminos, cartelería y otras instalaciones del Sitio de Memoria. Los miembros de las organizaciones de Derechos Humanos presentes, manifestaron su satisfacción por la iniciativa de las autoridades y acordaron trabajar en forma conjunta con las mismas.









Fotografías tomadas de publicación de Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Santa Fe




domingo, 19 de noviembre de 2023

La chica de las sandalias blancas

Recuerdos, indicios, testimonios, tarea colectiva. Cuestiones que pueden recuperar quizás un pequeño fragmento de Memoria de lo que ocurrió con compañeras y compañeros, cuyas historias se empeñaron en borrar los genocidas luego de haberlos asesinado. Operaron en toda nuestra geografía, pero también cerca de nuestros lugares de vida. Quizás ¿por qué no? alguien que lea estas líneas podría ser la persona indicada para encontrar la otra punta del ovillo. Quien pudo haber visto, poco antes que la secuestraran, a esa joven, que tenía polleras cortas y esas sandalias blancas, chatitas, que se sujetaban en la pierna con unas tiritas cruzadas varias veces, anudadas cerca de la rodilla. Eran elegantes, muy “sexi” como se decía en esa época.

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